122112-newyearsEl candidato demócrata a alcalde de New York City fue durante la década del 1980 un simpatizante activo del movimiento sandinista, indica una nota de Javier Hernández en el New York Times. 

En ese sentido, Bill de Blasio es uno entre los miles de estadounidenses que en aquellos años vieron en la revolución de Nicaragua fuente de inspiración y un intento por construir una sociedad más justa.

El mismo de Blasio, un joven alto de 26 años de edad que había cursado estudios latinoamericanos en Columbia y hablaba español con fluidez, fue a Nicaragua a entregar ayuda,

Con su admiración por el gobierno sandinista, de Blasio “se lanzó en uno de los temas políticos más polarizantes en EUA en la época”.

Mientras que la administración Reagan acusaba a los sandinistas de ser comunistas, dice el Times, sus partidarios decían que intentaban construir una sociedad más libre, con acceso a la educación, la tierra y la salud.

De Blasio, dice el Times, actualmente es crítico de la represión sandinista a los disidentes.  Pero algo aprendió: “Mi trabajo se basó a crear un mundo más justo e inclusivo. Tengo el deseo de un activista de mejorar las vidas de la gente”.

Dice que fue allí que adherió al “socialismo democrático”, de gobiernos que conocen e intentan solucionar las necesidades de la comunidad.

Dice el Times que de Blasio siguió involucrado con la causa sandinista durante algún tiempo, incluso después de trabajar con la administración Dinkins.

Eventualmente fue enfocando más en el gobierno de la Gran Manzana, ciudad de la cual tiene una buena oportunidad de ser alcalde.

Su labor con la Red de Solidaridad con Nicaragua paró en 1992 — hace 21 años.

Dice el Times que basó su reportaje en un examen de cientos de documentos y entrevistas con más de dos docenas de personas que le conocieron en aquellos días.

Artículo en inglés

Foto: página del candidato