Publicado el 2 de mayo del 2013 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “Evolving U.S.-Mexico Relations and Obama’s Visit”. Traducido con autorización especial.
Cuando el Presidente de EUA Barack Obama viaje a México el 2 de mayo, llegará en medio de un período de profunda transformación en el país. En medio de innumerables batallas políticas mientras intenta poner en práctica una extensa gama de reformas nacionales, la administración del presidente mexicano Enrique Peña Nieto se ha centrado casi exclusivamente en asuntos internos. Al mismo tiempo, después de años de retraso, el Congreso de EUA ha estado debatiendo el control de armas y la reforma migratoria — dos asuntos de gran interés para el gobierno mexicano.
Las relaciones México-EUA son de importancia estratégica para ambos países, y el período de transición de México ha creado oportunidades para que cada uno reforme la mutua asociación. Y aunque en EUA la atención de los medios se ha centrado principalmente en temas bilaterales de seguridad antes de la visita de Obama — a saber, la cooperación en la guerra contra las drogas de México — el gobierno de Peña Nieto está trabajando con Washington para re-orientar la conversación transfronteriza a una centrada principalmente en el desarrollo económico y las posibilidades económicas mutuas.
Análisis
Como el primer miembro del Partido Revolucionario Institucional de México en ganar la presidencia durante este siglo, Peña Nieto ha puesto como meta lograr la reconsolidación de control del partido sobre el gobierno al tratar de desviar la atención de los problemas de seguridad arraigados del país y hacia sus oportunidades económicas. El ritmo de las reformas y la cooperación política desde que el nuevo gobierno fue elegido el 1 de julio ha sido excepcionalmente alto para México.
Reformas laborales y de la educación han pasado a través de la legislatura con relativa facilidad, y los cambios bancarios destinados a incrementar ampliamente el acceso al crédito serán propuestos una vez que entre en sesión la legislatura en septiembre. El gobierno aún tiene una agresiva lista de tareas restantes, con transformaciones planificadas que abarcan desde los sectores de telecomunicaciones y energía a cuestiones como la fiscalidad. La mayoría de las reformas ha sido de carácter estructural e impulsada por imperativos económicos, lo que representa un cambio notable sobre el ritmo y el carácter del gobierno anterior, que vio sus esfuerzos legislativos en gran parte frenados durante años antes de las elecciones de 2012.
Factores políticos internos determinarán el éxito de las reformas pendientes. Sin embargo, la reforma laboral podría mejorar el comercio bilateral y la inversión con EUA, como lo haría lograr con éxito la liberalización del sector energético del país en los próximos años. México ya es el tercer socio comercial de EUA, y la coordinación económica entre ambos países se ha convertido en una cuestión de rutina a nivel ministerial, pero todavía hay una necesidad de agilizar el comercio y eliminar las barreras burocráticas a la inversión.
Seguridad, cooperación y centralización
El predecesor de Peña Nieto, del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón, se centró en gran medida en los problemas de seguridad de México y dirigió la ofensiva militar sostenida contra las organizaciones criminales en todo el país. Peña Nieto aún tiene que elaborar más sobre sus planes para hacer frente a los problemas de seguridad, pero ha hecho hincapié en la necesidad de combatir la violencia en las calles y los secuestros, mientras que minimiza la importancia de la lucha contra el tráfico de drogas – una prioridad de EUA.
Pero antes de la visita de Obama, algunos detalles han surgido que indican que la administración de Peña Nieto tiene la intención de cambiar la naturaleza de la cooperación de inteligencia entre EUA y México. Hasta ahora, las diversas agencias de inteligencia de los dos países han sido capaces de interactuar directamente, pero el Ministerio del Interior de México comenzarán a supervisar toda la colaboración de inteligencia.
Este esfuerzo de descentralización no se ha aislado a la cooperación con EUA. El Ministerio del Interior de México también se ha hecho cargo de la policía federal, y Peña Nieto tiene la intención de eventualmente crear una gendarmería nacional bajo la secretaría de gobernación con el fin de llenar el papel en las guerras de la droga que actualmente desempeña el ejército mexicano con un cuerpo de seguridad mejor equipados con formación policial.
Por lo tanto, el alcance y la forma en que esta centralización afectará a la cooperación en seguridad con EUA no está clara. Pero los cambios están diseñados principalmente para dar a México un mayor control sobre el proceso de inteligencia involucrados en la lucha contra las violentas pandillas del país. La intención no es bloquear la colaboración y asistencia de EUA, pero en lugar de reformar las estructuras.
Asuntos domésticos, implicaciones bilaterales
Mientras México reorienta su atención interna a los cambios estructurales que sus líderes esperan que sentarán las bases para el desarrollo económico, el país también podría verse afectado por problemas internos en debate en EUA. Durante años, México ha estado presionando a EUA para que promulgue leyes más estrictas sobre las armas. A pesar de que una importante ley de control de armas fracasó en el Senado de EUA el 17 de abril, es probable que el tema resurja más tarde en el 2013, y al menos algunas de las medidas de control de armas actualmente gozan de un amplio apoyo popular. Mientras tanto, los cambios demográficos en EUA están impulsando un debate sobre la reforma migratoria que, de aplicarse, requerirá la colaboración con México, muchos de cuyos ciudadanos intentarán legalizar su situación de residencia en los EUA.
A pesar de que la aprobación de estas reformas será determinada exclusivamente por factores de política interna de EUA, su éxito sería una ayuda de gran importancia para las relaciones bilaterales con México. De hecho, para Obama y Peña Nieto, los efectos de cada una de las decisiones políticas del otro serán ampliados por los vínculos demográficos, geográficos y económicos que unen a ambos países. Sin embargo, serán el entorno doméstico y los cálculos políticos de cada país los que, en última instancia, darán forma a los efectos de este periodo de cambio político.
El proceso de toma de decisiones políticas de EUA se aísla en gran medida de la influencia internacional y el gobierno de Peña Nieto igual parece estar consolidando áreas políticas clave bajo control mexicano en detrimento de la influencia de EUA. Sin embargo, el continuo surgimiento de México como una potencia económica en América del Norte prepara el escenario para una relación bilateral mucho más fuertemente centrada en las oportunidades de cooperación económica.