El muro de la discordia seguirá sin financiamiento del Congreso de EUA, pero Donald Trump, frente al caos que había creado el cierre de gobierno, se ha visto obligado a aprobar un presupuesto temporal que autoriza la reanudación de funciones hasta el 15 de febrero.
Esto en efecto pospondrá el debate sobre el muro y otras medidas relacionadas a la inmigración hasta dicha fecha.
Es un serio golpe al presidente, resultado de una nueva alineación de fuerzas en EUA, quien durante dos años gobernó con ambas cámaras del congreso en manos republicanas. Ahora enfrenta una abrumadora mayoría demócrata en la cámara de representantes, encabezada por Nancy Pelosi, una maestra en el ajedrez de la política.
Durante los 36 días que ha estado cerrado el gobierno, más de 800,000 empleados federales quedaron cesantes y el golpe a la economía puede tener serias consecuencias.
Durante los 36 días que ha estado cerrado el gobierno, en varias ocasiones los millonarios que forman parte de la administración han dejado claro su desconecte completo con los trabajadores del país, como comentarios como el del secretario de comercio Wilbur Ross, quien preguntó por qué no pedían dinero prestado los empleados. Decenas de miles de ellos quedaron sin ahorros, se retrasaron en sus pagos, se vieron obligados a vivir de la caridad. Y el público sufrió retrasos en los vuelos, suspensión de ayuda médica y económica a los necesitados, cierres en los parques nacionales.
Dijo Trump al anunciar desde el jardín de las rosas, en la Casa Blanca, por televisión que el gobierno vuelve a abrir: “Después de 36 días de un fuerte debate y diálogo, he visto y escuchado de suficientes demócratas y republicanos que están dispuestos a poner de lado el partidismo y poner la seguridad del pueblo americano primero”. En referencia a sus amenazas de declarar una crisis nacional, para obtener el dinero, dijo. “Tengo otras alternativas si son necesarias. Y las usaré si tengo que usarlas. Pero quiero ir a través del sistema. Necesitamos un muro en este país”.
Pero la realidad es una y completamente clara. El gobierno cerró cuando el presidente afirmó se negó a fimar un presupuesto anunciando que “orgullosamente me atribuyo este cierre”. La discordia giró en torno a la aprobación de US$ 5 mil millones para la construcción del muro en la frontera, que él dijo México pagaría. Tras el caos que generó el cierre, Donald Trump queda contra las cuerdas obligado a rendirse.
El mismo día en que un alto funcionario de su campaña, Roger Stone, fue detenido por crímenes relacionados con el robo de correos electrónicos durante la campaña 2016.
Pésimo viernes para Trump.
