Probablemente él diga algo en el sentido de, “No es que no me inviten sino que no quiero ir”.
Escribe Ashley Parker en Washington Post que al presidente Donald Trump le han cerrado muchas puertas de eventos oficiales en los escasos dos años de su presidencia, que está adquiriendo el título de presidencia non grata.
“La última expresión de desprecio vendrá en días próximos en la forma del funeral para el senador John McCain (R-Ariz.), quien, antes de su muerte, dejó en claro que no quería que asistiera el presidente en funciones. El hecho de que el sentimiento sea mutuo – Trump prohibió que se emitiera una declaración que elogiaba a McCain como un ‘héroe’ – solo subraya las innumerables formas en que Trump ha rechazado las normas de su cargo y, como respuesta ha sido crecientemente rechazado.
“A menos de dos años de su primer mandato, Trump a menudo ha llegado a ocupar el papel de paria, tanto no bienvenido como poco dispuesto a realizar los rituales y ceremonias básicos de la presidencia, desde muestras públicas de duelo hasta ceremonias culturales.
“Además de haber sido intencionalmente no invitado al funeral y servicio que conmemora la vida de McCain a fines de esta semana — mientras los ex presidentes Barack Obama y George W. Bush elogiarán al republicano de Arizona — a Trump se le pidió que se mantuviera alejado del funeral de la primera dama Barbara Bush a principios de este año. También optó por ausentarse delos honores anuales del Kennedy Center el año pasado en medio de una rechazo político de algunos de los homenajeados y se ha enfrentado a repetidos rechazos públicos de los atletas invitados a la Casa Blanca después de ganar campeonatos […]”.
