Disfunción en la Casa BlancaAnte las renuncias esta semana de dos — no uno sino dos — altos funcionarios de la Casa Blanca después de haber sido acusados de violencia de género contra sus esposas, el presidente Trump parece haber tomado el lado de los agresores y no el de las víctimas.

Dijo en un mensaje por Twitter: “Las vidas de gente están siendo destrozadas y destruidas por una simple acusación. Algunas son verdaderas y otras falsas. Algunas antiguas y otras recientes. Para cuando alguien es acusado falsamente, no hay recuperación: se les van sus vidas y carreras. ¿Es que ya no existe el proceso debido?

El presidente se refiere a las dimisiones de Rob Porter y David Sorensen luego de que se hiciera pública evidencia de que ambos habían golpeado a sus esposas y novias.

Porter, graduado de Harvard y con credenciales dignas de admiración, jugaba un papel crucial como miembro del Secretariado de la Presidencia. Por su gran visibilidad, su caso dominó los titulares de la semana (por encima del debate sobre inmigración, el cierre por varias horas del gobierno a falta de acuerdo sobre un presupuesto, y las brutales oscilaciones de la bolsa, que dejaron mareados a muchos).

Porque Rob Porter requería la más alta credencial de seguridad — por sus manos pasaban todos los documentos que llegaban al presidente — y al no lograrla siguió trabajando, han surgido preguntas sobre el proceso de emitir las credenciales de seguridad en la Casa Blanca. Pasado un año, docenas siguen yendo a trabajar, con información super clasificada, sin haberlas obtenido. Uno de ellos es el yerno de Trump, Jared Kushner.

Porque el jefe de inmediato de Rob Porter, John Kelly el Secretario de la Presidencia, presuntamente desde algún tiempo sabía sobre las acusaciones de violencia de género, y optó por mantenerlo en su cargo, ahora se rumora la inminente salida de Kelly.

Porque el Presidente parece defender a los presuntos agresores y no a sus víctimas, nuevamente salen a relucir las acusaciones de agresión sexual de por lo menos 16 mujeres antes de que Donald Trump alcanzara la presidencia.

Y con ello Trump se distancia aún más de las mujeres del país, que se han movilizado por millones tanto en las calles del país en marchas que comenzaron al día siguiente de que asumiera la presidencia Donald Trump. Y, también en el poderoso movimiento #MeToo, que ha descabezado a grandes personalidades del cine, los medios, el mundo empresarial, igual que el congreso de la nación.

Todo esto no es sino una faceta del caos aparente de la Casa Blanca, enredada en una prolongada investigación sobre Rusia con enormes ramificaciones, y debilitada por una crisis de personal, con un decreciente número de empleados y cada día menos gente dispuesta a trabajar allí por temor de que pueda ser el fin de sus carreras.

En la foto que acompaña esta nota arriba, tomada en el verano 2017, aparecen varios altos asesores de la presidencia: Corey Lewandowski, Omarosa Manigault (azul), Anthony Scaramucci, Sebastian Gorka y Rob Porter. Todos ellos han dejado sus puestos; varios han salido por la puerta de atrás: Acompañados de un guardia de seguridad.

Entre las promesas del candidato Donald Trump se incluye la de “contratar a la mejor gente. No a los donantes más grandes”.

¿Recordará sus palabras el presidente?

O será que se han ahogado en el estruendo creado por el caos y la disfunción?

Otra semana que pasó en EUA

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY 2/9/2018