No está del todo claro si el ciclo noticioso de 24/7 — un fenómeno posible únicamente gracias a la tecnología digital — es la causa del incesante desfile de escándalos en la administración Trump, o si el incesante desfile de escándalos en la administración Trump es responsable por el ciclo noticioso 24/7.

Esta semana ha sido considerada nuevamente la peor para la presidencia de Donald Trump.

Abrió con la discusión sobre el nuevo libro de Bob Woodward, el periodista de investigación que en 1974 junto con Carl Bernstein destapó la podredumbre en la Casa Blanca de Richard Nixon, en el escándalo conocido como Watergate, que cerró con la renuncia del presidente.

“Fear: Trump in the White House” (Miedo: Trump en la Casa Blanca) sale a la venta el 11 de septiembre, pero desde ya está en la lista de bestsellers, tal ha sido el volumen de ejemplares apartados. Pinta un cuadro de disfunción total, en el que la gente más cercana al presidente se refiere a él en términos despectivos, como “el nivel de atención de un niño de 10 años”, un “imbécil”.

Woodward asegura tener más de 100 horas de grabaciones que sustentan sus aseveraciones.

Trump se ha puesto furioso.

Muy brevemente dominó el libro el ciclo noticioso hasque el New York Times publicó una columna anónima por alguien presentado(a) como un “funcionario(a) alto en la administración” quien repite básicamente lo que dice Woodward. Pero, además, dice que forma parte de una “resistencia silenciosa”, que apoyan el programa del presidente, aunque rechazan su intestabilidad.

Trump se ha puesto todavía más furioso. Ha pedido que se investigue posible violación a la seguridad nacional, incluso ¡traición!

Y ello ha enviado otra señal de alarma al país. ¿Quiénes son? ¿Cómo es posible que gente que nadie ha elegido se atribuya el poder de tomar decisiones? ¿Es una especie de golpe? ¿Será que el mismo presidente no sabe qué acontece frente a sus narices?

Si no bastara con lo anterior, y debido a que se inició en EUA la temporada de elecciones para la Cámara de Representantes en su totalidad, un tercio del senado, y gobernaciones y legislaturas por todo el estado, el ex presidente Barack Obama ha abandonado el protocolario silencio de un primer mandatario retirado y, en apoyo a candidatos del partido demócrata, ha volcado sus energías en la contienda.

Esto ha puesto a Trump todavía más furioso.

Entre otras razones, porque el estilo de Obama no podría ser más diferente que el de Trump. El primero habla de unidad, de elevar a la gente, de promover y respetar la diversidad de la nación. El segundo potencia temores y divisiones, agudiza las paranoias, ve enemigos por doquier. Insulta.

Trump ha anunciado que inventirá gran parte de su tiempo de actos de apoyo a los diversos candidatos republicano. Estos actos siempre los presentan los medios como eléctricos, llenos de entusiasmo. ¿Convendría saber qué tanto de ese entusiasmo es producido para las cámaras?

El video de arriba muestra al joven que se se robó los titulares de los últimos días dea la semana, quien con sus gestos y expresiones cuestionó al presidente. Fue retirado del evento.

¿Cuántos más pensarán de igual manera que “el chico con la camisa a cuadros”?

El 6 de noviembre a lo mejor sepamos.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres,
Director, El Molino Online, 
Pennsylvania, EUA, 9/9/2018