Corrupción en la administración TrumpPocos días antes de que el presidente Donald Trump comunicara al mundo sus intenciones de imponer una tarifa sobre las importaciones a EUA de acero y aluminio, Carl Icahn, un milmillonario amigo del presidente, vendió acciones por más de US$30 millones en una compañía que produce grúas en acero.

Vendió a US$32 cada acción de Manitowoc, antes de que se desplomara el precio como resultado del inesperado anuncio del presidente.

Icahn se embolsilló una millonada.

La noticia quedó semi sepultada y no es de sorprender a nadie, dado todo lo que ha pasado esta semana en Washington sobre la investigación sobre Rusia, la movilización de los estudiantes en contra de las armas de fuego, la renuncia de la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, los cargos criminales contra el ex director de la campaña Trump 2016, la controversia sobre la democión del yerno de Trump por su incapacidad de obtener credenciales de seguridad.

Tampoco fue ésta la única nota sobre la falta de ética por parte de funcionarios de la administración.

Esta semana también se supo que alguien del departamento Vivienda y Desarrollo Urbano había comprado un juego de comedor para la oficina de Ben Carson, el Secretario, que costaba US$31,000 — al mismo tiempo que se han implementado recortes de  presupuestos para los programas de ayuda a los necesitados.

La semana pasada nos hemos enterado que Scott Pruit, el jefe de la Administración de Protección al Medio Ambiente (EPA por sus siglas en inglés) viaja siempre en primera clase, con una amplia escolta de seguridad, a costas de los contribuyentes.

David Shulkin, Secretario del Departamento de Asuntos de Veteranos, gastó US$122,334 en una extensa vacación por Europa con su esposa. El jefe de personal del departamento ha sido acusado de manipular emails sobre el viaje para dar la apariencia de que tenía relación con el departamento.

Recordemos que unos meses atrás, Tom Price, el Secretario de Salud y Servicios Humanos, se vio obligado a renunciar en desgracia después de que se hiciera público que gastó más de US$40,000 viajando en avión privado.

Otra noticia que ha revoloteado: Una amiga de la Primera Dama Melania Trump cobró US$26 millones por organizar las celebraciones de la inauguración de la presidencia de Trump.

Hay quienes aseguran que ésta es la administración más corrupta en los últimos cien años.

Es una olla podrida donde el nepotismo y el amiguismo han borrado toda distinción entre el gobierno y los negocios de la familia Trump.

La semana pasada, el hijo mayor del presidente, Don Jr., viajó a la India para vender sus propiedades. En un momento anunció que planeaba pronunciar un discurso sobre la política exterior. Nadie explicó qué lo acreditaba para ello.

Ivanka Trump, hija mayor del presidente y a la vez asesora, está siendo investigada por el FBI sobre la multimillonaria compra de un edificio en Vancouver.

Jared Kushner, el marido de Ivanka y también asesor del presidente, perdió sus credenciales de seguridad porque las agencias que emiten dichas credenciales consideran que él podría ser chantajeado por entidades extranjeras. Esta “vulnerabilidad” se traza a las enormes deudas de cientos de millones que tiene a bancos extranjeros.

Kushner también ha sido criticado por recibir dos prestamos que suman más de US$500 millones por instituciones bancarias que él mismo ha recibido en la Casa Blanca.

En los primeros día de la administración, la hermana de Kushner potenció la proximidad al presidente Trump como un punto de venta de sus propiedades.

Los viajes del presidente a sus propiedades cuestan a los contribuyentes decenas de millones de dólares.

Y lo anterior es solo la puntica del témpano.

Durante la campaña 2016, Donald Trump el candidato no paró de atacar a su adversaria, Hillary Clinton, acusándola de corrupción total.

La historia está llena de ironías.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online, 
New Orleans, Louisiana, 3/4/2018