Publicado en inglés el 27 de febrero del 2013 en la revista The Nation bajo el título Stephane Hessel: There Is Always an Alternative to Injustice. Traducido con autorización especial. Por Katrina vanden Heuvel.
En septiembre de 2011, presenté a Stéphane Hessel en una conversación moderada por Nikil Saval , editor de n +1 en la Universidad de Columbia. Hessel falleció anoche a la edad de 95 años. A continuación, mis palabras.
Es un gran honor estar aquí esta noche con Stéphane Hessel, una voz de la humanidad y la conciencia en un momento en que estos valores están tan peligrosamente amenazados. Distinguido diplomático francés, líder de la resistencia, sobreviviente de Buchenwald y uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En febrero, The Nation fue el primero que publicó en EUA su notable manifiesto “Indignez-vous!” – “Indignaos”. (De hecho, publicamos por primera vez a Stéphane en el 2007, un despacho que había escrito después de visitar Gaza).
Me gustaría decirles que fue mi sabiduría como directora de la revista que me llevó a este golpe de publicación. Después de todo, ya a finales del 2010 “Indignez-vous!” se había convertido en un fenómeno editorial y político — llegando a encabezar la lista de los libros más vendidos de Francia y vendiendo millones de copias en toda Europa.
Pero la moraleja de todo esto es bastante sencilla y universal. Escucha a tu padre, sobre todo cuando se tiene un padre, como yo, que tuvo la gran fortuna de ser compañero de Stéphane Hessel, en Ginebra, donde Stéphane fue el embajador de Francia ante las Naciones Unidas, y mi padre, William vanden Heuvel, su homólogo de EUA. Y fue mi padre, la noche en 1978 cuando fuí liberada de un avión secuestrado en Ginebra, quien me presentó a Stéphane. Stéphane había estado al lado de mi padre durante horas, ofreciendo consuelo y amistad, mientras esperaban mi liberación. Al conocer a Stéphane aquella noche supe que había bondad en este mundo cruel.
Así que fue décadas después de que mi padre me habló sobre lo que considero el fenómeno Hessel, sobre este folleto delgado y aún así magnífico que está barriendo el mundo, con su llamamiento enérgico a la resistencia no violenta.
Sin esperar más comencé a actuar y pasé varias semanas negociando con los editores franceses de Stéphane, de modo que The Nation pudiera ser el primero en publicar “Indignez-vous!” en EUA.
Después de todo, el mensaje de Stéphane forma parte del tejido histórico de The Nation, una revista fundada en 1865 por abolicionistas comprometidos con la causa moral de poner fin la esclavitud, una revista que ha publicado las palabras de Martin Luther King Jr., de Albert Einstein, Bertrand Russell, Hannah Arendt y Jean-Paul Sartre. Los hombres y las mujeres que, como Stéphane, han sostenido y luchado por un mundo más justo, más democrático y más pacífico.
Por encima de todo, las palabras de Stéphane capturan estos tiempos, nuestros tiempos — de extraordinario peligro — y posibilidad.
Un nonagenario más joven no se va a encontrar. Stéphane nos obliga, especialmente a los jóvenes, a preguntarnos cómo podemos mirar el mundo actual, su rapacidad, su crueldad, sin caer presa de la ira. Hessel hace un llamamiento a todos nosotros, los de su Francia amada y a los de todo el mundo, a participar activamente en la defensa de los derechos humanos y económicos. Su feroz defensa del activismo no violento capturó — y en muchos casos inspiró los poderosos movimientos y protestas en Túnez y Egipto, en nuestro propio Wisconsin, en Wall Street. Y los manifestantes contra la austeridad en Atenas usan su nombre de la edición griega de “Indignez-vous!”; los Indignados que ocuparon la Puerta del Sol en Madrid para protestar contra el desempleo que ha batido un récord llevaban con ellos copias mientras marchaban. Me gusta especialmente que las mujeres que marchaban en Italia en protesta por la corrupción de Silvio Berlusconi mostraban la portada del libro en los carteles callejeros.
A los que dicen que no hay alternativa, la entusiasta respuesta de Stéphane es — siempre hay una alternativa. Una vez me dijo: “Nunca te rindas, nunca seas indiferente, nunca creas que las cosas no se pueden cambiar.”
Él entendió lo importante que era convencer a los jóvenes desesperados que podrían cambiar y mejorar la sociedad. Él cree que cuando la gente encuentra su poder, su pasión y su ira, pueden superar los intereses empotrados y económicamente poderosos.
Su voz se eleva por encima del estruendo porque ha visto y superado momentos mucho peores. Detenido por la Gestapo y enviado a Buchenwald, él cambió su identidad con la de otro preso francés que había muerto de tifus y logró escapar.
Como ciudadana de lo que Gore Vidal llamaba los “Estados Unidos de Amnesia”, estoy especialmente agradecida a Stéphane por recordarnos lo mejor de nuestra historia y a que defendamos sus mayores logros. En nuestro caso, él da fuerza a aquellos que están luchando contra las fuerzas de un país con la intención de derogar el New Deal, la Gran Sociedad, incluso la Ilustración y la razón.
Hay una nueva chispa en el mundo y en nuestro país la han encendido los ciudadanos de conciencia que resisten las fuerzas que pisotean la justicia económica, la decencia, la seguridad y la dignidad. Stéphane Hessel, a los 93 años, es el ciudadano a la cabeza, capaz de poner en palabras aquello que tantas personas están sintiendo. Como escribe en “Indignez-vous!”: “A vosotros, que creareis el siglo XXI, podemos decir, desde el fondo de nuestros corazones, crear es resistir. Resistir es crear “.