images1Publicado en inglés el 5 de agosto de 2013 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “China’s Hopes for Bridging the Taiwan Strait”Traducido con autorización especial.

Resumen: Pasadas más de seis décadas desde que Taiwan se alejó de la parte continental de China, el Estrecho de Taiwan sigue representando la más formidable barrera física y simbólica a una eventual reunificación de la isla con Beijing. A lo largo de su historia, Taiwan ha cambiado de manos de ocupantes coloniales europeos y japoneses antes de convertirse en el posible campo de batalla entre China y Taiwán en la segunda mitad del siglo 20. En los últimos años, las tensiones militares entre China y Taiwán han disminuido, y Beijing espera que el aumento de la integración económica y la infraestructura física que quiere construir un día a través del Estrecho de Taiwan podrían llevar al país un paso más cerca de cumplir un imperativo geopolítico básico de reunirse con la isla.

China-Cross-StraitAnálisis: El South China Morning Post informó que el 5 de agosto, en su Plan de Red Vial Nacional recientemente aprobado para 2013-2030, el Consejo de Estado incluyó dos proyectos de carreteras que unen Taiwán con el continente. Uno de ellos implica el proyecto de autopista Beijing-Taipei, propuesto desde hace tiempo, que se iniciaría en Beijing y pasaría a través de Tianjin, Hebei, Shandong, Jiangsu, Anhui, Zhejiang y Fuzhou, Fujian antes de cruzar el estrecho y llegar a Taipei. Otra ruta interior se iniciaría en Chengdu y pasaría a través de Guizhou, Hunan, Jiangxi y Fujian Xiamen y Kinmen cruzando el archipiélago administrado por Taipei antes de terminar en Kaohsiung, en el sur de Taiwan.

El plan no especifica qué tipo de infraestructura — un puente o un túnel, por ejemplo — se puede utilizar para conectar la parte continental a Taiwan en el estrecho de 180 kilómetros (111 millas), pero desde 1996, si no antes, Beijing ha pedido públicamente que se construya dicha infraestructura. Una de las propuestas involucra un túnel submarino de 122 kilómetros, que se consideró preferible debido a la estabilidad sísmica relativa y a su ubicación en aguas menos profundas. Este túnel conectaría la isla de Pingtan, en la provincia de Fujian, a Hisinchu, en el norte de Taiwan — una distancia de casi tres veces mayor que la del Channel Tunnel, que conecta al Reino Unido y Francia – y tendría un costo estimado entre cuatro y cinco mil millones de yuanes (entre US$65 mil millones y US$ 81 millones). Otra propuesta consiste en vincular el condado de Chiayi en el sur de Taiwan a la isla adyacente de Kinmen a través de un túnel o puente, donde se conectaría con la infraestructura prevista para finalmente vincularlo a Xiamen, provincia de Fujian.Además de los enormes costos económicos asociados con la construcción de un puente o un túnel a través del estrecho de Taiwán, problemas de seguridad, vulnerabilidades geológicas (debido a los terremotos) y la gran extensión del estrecho presentan desafíos técnicos a su construcción. Incluso si la infraestructura se construyera, no está claro que sería económicamente justificable dado que aviones y barcos ahora están autorizados a viajar a través del estrecho con frecuencia.

Durante décadas, China y Taiwán no tuvieron ninguna interacción oficial en absoluto, y la infraestructura que una a los dos era algo que sólo quería Beijing. Taipei consideraba cualquier enlace por puente o túnel como una posible problema de seguridad, ya que podría permitir un acceso más fácil a la isla por las fuerzas militares del continente en tiempos de crisis. Mientras que las tensiones se han reducido en los últimos años, las conversaciones entre ambas partes todavía sólo implican cuestiones económicas y culturales, no asuntos políticos. Además de los problemas logísticos, la ausencia de relaciones directas entre los dos hace muy poco probable que la infraestructura sea construida en el corto plazo.

A pesar de que un enlace por puente o túnel sigue siendo en gran parte ilusorio, la esperanza de Beijing de cerrar la brecha – tanto física como simbólicamente – a través del Estrecho de Taiwan se acercó un poco más a la realidad a principios de julio, cuando Beijing y Taipei finalizaron un plan para suministrar agua desde el continente a Kinmen, una isla taiwanesa periférica a menos de 3 kilómetros de la costa de Fujian. Bajo el plan, al cual Taipei se opuso por largo tiempo y tomó 10 años de negociaciones para resolver, el agua se envía desde la provincia de Fujian a Kinmen en su punto más estrecho.

Para aliviar la persistente escasez de agua de la isla, se propusieron dos posibles rutas de acueductos, una involucra una tubería de 26.8 kilómetros que dirige el agua de la represa de Jinji en Jinjiang de Fujian a Kinmen; y otra con un acueducto de 30 kilómetros de longitud, de los cuales cerca de nueve kilómetros estarían bajo el mar, conectaría el río Jiulong en Xiamen y la reserva de Tingxi. (Esta última fue la ruta preferida). Esta tubería sería el primer enlace de infraestructura a través del Estrecho. Significativamente, China ha llevado a cabo el proyecto a pesar de que la provincia de Fujian en sí está sufriendo de una escasez de agua persistente, dejando en claro la importancia estratégica que Beijing ve en un vínculo físico con Taiwan. Durante las negociaciones, volvieron a surgir discusiones sobre la construcción de un puente entre Kinmen y Xiamen.

En comparación con la propuesta mucho más ambiciosa para enlazar la parte continental a Taiwan a través de un puente o túnel, la tubería con Kinmen no es en sí mismo muy significativo. Sin embargo, ofrece un ejemplo de cómo Beijing sacrifica lo que es superficialmente pragmático en aras de sus objetivos estratégicos. En particular, Kinmen había sido la principal frontera militar hasta el final del enfrentamiento militar a través del Estrecho en 1992, y Beijing considera que la asistencia a la isla puede ofrecer un ejemplo de integración a través del Estrecho. Beijing también cree que podría permitir a más residentes taiwaneses beneficiarse de la creciente interacción económica con China sin socavar la independencia política de Taipei.

Pasos simbólicos: El calentamiento de los lazos a través del Estrecho ha coincidido, y de hecho se complementa, con el intento de China de proyectar su influencia económica hacia el exterior, incluyendo con Taiwán. Junto con la muy superior capacidad militar de Beijin, los incentivos económicos para la cooperación a través del Estrecho han formado la espina dorsal de su postura menos abiertamente agresiva hacia la isla en la última década. Si bien la reunificación sigue siendo el objetivo final, que ha sido ampliamente reconocido entre las élites políticas de Beijing, siempre y cuando siga existiendo la posibilidad de una reunificación pacífica, hay poca urgencia o necesidad estratégica de forzar una solución definitiva a menos que estalle una crisis grave entre Taiwán y China.

En cambio, Beijing se centra en un enfoque más conciliador para reforzar el concepto de interdependencia y prevenir a Taiwan de distanciarse de la parte continental económica y políticamente. Al menos por ahora, Taipei parece haber reconciliado este enfoque con su propia estrategia denominada “economía en primer lugar, después la política” hacia el continente. Esta estrategia le permite beneficiarse de la cooperación económica con China y crear un ambiente de relativa calma que se beneficiaría el desarrollo de Taipei sin poner en peligro su identidad independiente.

El énfasis de Beijing en la interdependencia también tiene cierto mérito. Con los años, China se ha beneficiado al aliviar las restricciones sobre el comercio y los intercambios culturales con Taiwán, junto con la inversión taiwanesa que le ha ayudado a modernizar su sector industrial. Un gobierno menos hostil en Taipei también ha sido importante para la legitimidad política de Beijing a nivel internacional. Por otra parte, China permitió un mercado mucho más abierto y concedió políticas comerciales de inversión preferenciales a Taiwán que la isla encontraría en otro lugar. Actualmente, el comercio con China y Hong Kong representa casi un tercio de la economía de Taiwan, en parte ayudando a la isla a evitar un mayor declive en medio de la desaceleración global.

Dado que la reunificación siempre va a ser un imperativo para Beijing hasta que realmente se lleve a cabo, la infraestructura propuesta es un paso simbólicamente importante para su estrategia de integración. Los patrones comerciales pueden cambiar rápidamente, y los intereses ahí pueden cambiar – sobre todo ahora que la propia economía china está experimentando masivos cambios internos. En consecuencia, un acueducto o túnel en sí mismos puede no ser especialmente importante, e incluso pueden ser poco realista y poco práctico, pero en el marco de los otros acontecimientos, apuntan a un nuevo tipo de pensamiento estratégico en Beijing.

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