En un escenario que por su color dorado parece calcado de uno de sus casinos o sus lujosos edificios, enmarcado por un gigantesco letrero con las palabras Trump, rodeado por banderas y más banderas, Donald J. Trump, aceptó formalmente representar del partido republicano en la elección presidencial en noviembre.
Presentó al candidato su elegante hija mayor Ivanka.
Donald J. Trump habló durante 76 minutos sobre su visión de como restaurar la grandeza a una nación, que según él, ha entradao en un proceso de decadencia.
Después de enumerar los males que sufre EUA, acosada por enemigos internos y externos, dijo “Solo yo puedo arreglarlo”.
Sus únicas cualificaciones para ello parecen ser son sus éxitos empresariales, agregó.
Por el tono, el lenguaje, el mismo escenario, Donald J. Trump se presentó como un salvador, un personaje histórico, especie de mesías, capaz de resolver los problemas de crimen, inmigración ilegal y terrorismo.
Sobre la economía, dijo que los acuerdos comerciales y la inmigración sin control alguno han robado las oportunidades de millones de personas. “Hablo por la gente que ha quedado olvidada”.
El discurso se distinguió por el cuadro oscuro que pintó del país, tema que ha repetido en sus múltiples intervenciones durante una campaña que ha recorrido lo largo y ancho del país por más de un año.
Si lo que perseguía con este discurso era ampliar su base parece que no lo ha logrado. “Aparentemente está satisfecho con los votantes descontentos que ha ganado y quienes le aplaudieron estruendosamente y se mantiene indiferente hacia ganarse aquellos que no ha logrado”, escribe Michael Barbaro en el New York Times.
El Times dice que, al autodenominarse el “candidato de la ley y el orden”, se inspiró en palabras de Richard Nixon. Pero sin el mensaje sentimental y edificante de Nixon.
Donald J. Trump prometió que el 20 de enero de 2017, día de la inauguración del nuevo presidente, volverá la seguridad ciudadana. Dio pocos detalles sobre cómo.
“Debemos suspender inmediatamente la inmigración de cualquier nación que se vea afectada por el terrorismo hasta que tengamos los mecanismos para investigar”, dijo. “No los queremos en nuestro país”.
Donald J. Trump repitió su promesa de construir un muro en la frontera entre México y EUA.
El discurso fue elogiado por David Duke, antiguo jefe del Ku Klux Klan quien dijo “No lo pude haber dicho mejor”, según The Daily Beast.
Como indica Rob Quinn en Newser, el discurso estuvo plagado de inexactitudes, por no decir mentiras. No es verdad que más policías mueran a manos de criminales hoy que antes. Tampoco que haya 2 millones más de latinos sumidos en la pobreza que cuando Obama inició su mandato. Ni que EUA sea el país con la mayor carga tributaria en el mundo.
Aunque demasiado larga la presentación fue disciplinada, muy bien recibida por la audiencia (que en numerosas ocasiones irrumpió en coros de “A la cárcel con Hillary”), coherente en un mensaje que muchos interpretan como racista, y cerró sin problemas adicionales una convención que se marcó por dos desastres, el plagio de Melania Trump y el “no apoyo” del senador Ted Cruz.
Con ese discurso se posiciona para la intensa campaña en septiembre y octubre.
Los demócratas tendrán su convención la semana entrante en Philadephia.
Más información en inglés New York Times
Más información en inglés Vox
https://youtu.be/kcRWOeKX5kQ
