La actriz de porno y Donald TrumpLa semana que para el presidente Donald Trump comenzó con la publicación en el New York Times de 49 preguntas sobre Rusia que presuntamente el fiscal especial quiere hacerle cerró con una estrella de porno en el programa Saturday Night Live pidiéndole que renuncie.

Durante estos siete días desfilaron frente a nuestros ojos, con la velocidad de una película en “fast forward”, complejos complots, sartas de mentiras, meteduras de patas, y un sainete de garrafales errores que han atascado aún más a la presidencia más en el lodazal de paralizantes investigaciones.

Gran parte de la culpa le está cayendo a Rudy Giuliani, el ex alcalde de New York y desde hace décadas amigo personal del presidente, quien fue contratado a fines de abril para arreglar la deplorable situación legal. Giulini, por cuenta propia, comentó sobre el escándalo respecto al pago de US$130,000 a la estrella de porno Stormy (en español Tormenta) Daniels, realizado por Michael Cohen, abogado por años del presidente y conocido como el hombre que “arreglaba” los problemas de su jefe.

En  48 horas Giuliani puso patas arriba la versión oficial, repetida durante meses por los voceros de la presidencia, según la cual Cohen había realizado los pagos sin el conocimiento del presidente, quien negó haber tenido una relación con la estrella de pornografía que responde al nombre Stormy Daniels.

Primero en el programa Hannity, en Forx News considerado por muchos el “canal de la presidencia”, Giuliani dijo que Trump siempre había sabido que Cohen había comprado el silencio de Stormy Daniels. Y explicó que Trump había reembolsado a Cohen “canalizando” los pagos por éste y otros asuntos a través de compañías ficticias.

No solo dejó boquiabierto a Hannity, partidario incuestionable y asesor del presidente, sino que además usó un lenguaje más propio de un capo de la mafia que un abogado respetable.

También pudo haber creado más problemas legales para el presidente.

Eso fue el miércoles.

Para el viernes, luego de una tormenta de críticas y cuestionamientos, el presidente habló con los medios y afirmó que Giuliani “necesitaba enterarse mejor sobre lo que había pasado”. Giuliani tuvo que recular.

Pero ya el país vio en ello otra mentira más del presidente — superando las 3,000 según el conteo del periódico Washington Post — erosionando aún más la credibilidad de la Casa Blanca. La portavoz de la presidencia, Sarah Huckabee Sanders, quien había atraído cierta simpatía cuando se burló de ella la humorista Michelle Wolf en la cena de corresponsales de la Casa Blanca, ha sido cuestionada ampliamente.

No todo fue malo para la presidencia.

Los planes de una cumbre con las dos Coreas y posible fin a un conflicto de 70 años de antigüedad avanzan. La tasa de desempleo ha bajado notablemente. Incluso un juez federal cuestionó la autoridad del fiscal especial Robert Mueller de enjuiciar a Paul Manafort, director de la campaña presidencial Trump 2016. Incluso algunas encuestas han sido generosas con el presidente.

Pero nada de ello logró romper el estruendo de la tormenta de errores producida en el caso de la estrella de porno versus el presidente de EUA.

La relación entre Donald Trump — el empresario que llegó a la presidencia — y Michael Cohen puede ser todavía más lesiva para el presidente que la misma investigación sobre Rusia.

A Cohen, cuyas oficinas y residencia fueron allanadas por el FBI hace solo semanas,  se le está investigando por fraude bancario, entre otros crímenes, y se anticipa que pronto será imputado. Y ello acerca a los investigadores del gobierno federal al mundo de las finanzas personales del Presidente, que él mantiene como un secreto de estado.

Además, esta investigació cae bajo la jurisdicción del Segundo Distrito de New York, la cual es independiente del fiscal especial Robert Mueller. Ello significa que aún si Trump decidiera despedir a Mueller y a su supervisor en el Departamento de Justicia para poner fin a la investigación sobre Rusia, mientras se resuelve la crsisi constitucional, seguirá el caso contra el abogado del presidente.

Cohen ha dicho que está dispuesto a recibir una bala destinada al presidente. ¿En serio? ¿Una bala de 10 años preso?

Como dicen por estas tierras, Cohen “sabe donde están enterrados los cadáveres”.

Y además, Stormy Daniels y su elocuente abogado Michael Avenatti, persisten en su ofensiva en los tribunales civiles contra el presidente, que como cualquier otro ciudadano no está por encima de la ley.

Así ante la millonaria audiencia de Saturday Night Live, cuando Stormy Daniels actuando como sí misma dijo a Alec Baldwin quien por años desempeña el papel de Donald Trump, que “se viene una tormenta”, ella puede tener razón.

Otra semana que pasó en EUA, país en el que la realidad es cada día más alucinante que la ficción.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 5/6/2018

 

PD: Otro nivel de locura salió a relucir cuando el antiguo médico de Donald Trump, el doctor Harold Bornstein quien en 2015 dijo que Trump tenía “magníficos genes” y sería el presidente más saludable en llegar a la Casa Blanca, confesó que el mismo Trump le había dictado la carta. Y denunció que el jefe de seguridad de Trump le había allanado su despacho, llevándose los expendientes médicos de él.